lunes, 2 de marzo de 2009

VIAJES

Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una
ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente
los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo
se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e
inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El
tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus
especialidades.
Terminadas estas diligencias, los viajeros se reunen en la plaza mayor
de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un
aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza
recibe el nombre de "Alegría de los Famas".
Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los
trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o
les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen
firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se
dicen unos a otros: - La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad-. Y sueñan
toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están
invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los
cronopios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres,
y son como las estatuas que hay que ir a ver porque ellas no se molestan.

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